Mercedes Clase B, primeras impresiones

Había expectación por ver la manera en la que Mercedes había resuelto el dilema de sustituir al brillante clase B saliente, un coche con una magnífico aprovechamiento del espacio gracias a su estructura «sandwich» y con unos motores fiabilísimos de los que el taller oficial, apenas da queja. Pero visto lo visto, la verdad es que nos hemos quedado a medias. Bien es cierto que el coche es más moderno, se supone que más seguro, con un equipamiento de serie muy bueno, que incluyen los Bi-Xenon, unos motores de nueva factura (compartidos con Renault) no necesariamente mejores, pero se ha dado un paso atrás en algunas cosas.

Me refiero por ejemplo, a la habitabilidad. Es un coche más pequeño, pero más grande por fuera. Se abandona la anterior estructura, creemos que, para ofrecer una sencillez de acceso a la mecánica que el anterior no tenía. El maletero tampoco es como para tirar cohetes. Se abandona el interior austero típico de Mercedes, para ofrecer un salpicadero más “moderno”, más vendible y vistoso, incluyendo unas molduras «panel de abeja» de estética, cuanto menos, discutible. Personalmente, el interior, no me gusta.

En el exterior, se abandona una imagen recia y recta por una mas bulbosa y redondeada, recordándonos en sobremanera al Scénic o a algún coreano. Nuestra unidad de pruebas montaba unas escandalosas llantas opcionales que tampoco le hacían un favor.

En funcionamiento, eso sí, percibimos una mejora en la sonoridad, pero poco más. Las prestaciones no han cambiado mucho, con el catálogo en la mano. Eso sí, el hecho de que se abandonen las mecánicas propias de Mercedes, plenas de fiabilidad y totalmente vigentes, por unas “por rodar”, nos deja con la mosca detrás de la oreja.

Mercedes Clase B en vídeo: