Mercedes E200 CDI Classic a prueba

Muchas veces, a la hora de elegir un determinado modelo y acabado se nos plantea la opción de completarlo con una lista interminable de opciones. Aunque la mayoría de las veces estas opciones redundan en un mayor agrado de uso y de confort, otras son simples caprichos que nada o poco aportan a lo sustancial, motor, confort, economía y seguridad. ¿Pero no es acaso el automóvil un medio para llevarnos de A hasta B de la mejor forma posible? Sin duda, y el modelo que hoy nos ocupa, lo hace muy bien, sin lujos asiáticos pero con un equipamiento mínimo de lo más completo, en el que no se echa en falta de nada.

Cuando me disponía a tomar los mandos de este E200, me hacía a la idea de que no me iba a encontrar el lujo que podemos encontrar en un Elegance con cuero, salpicadero en símil, asientos ventilados, etc. que no me iba a gustar, por lo quizás, soso de si interior y que, probablemente, con un peso de más de 1800kg con el conductor a bordo, las prestaciones no iban a ser muy boyantes. Pero lo cierto es que estaba equivocado.

Este automóvil no sólo se mueve de manera muy digna, si no que también es capaz de cruceros no confesables y de recuperar de forma muy solvente, en parte también, por el magnífico cambio 7-G. En ningún momento vamos a echar de menos más motor, a no ser que seamos unos sibaritas, porque ya digo que el coche correr, corre.

Disipada pues la primera duda, me gustaría decir que en nuestro recorrido por autovía no noté ninguna diferencia en cuanto a prestación con, por ejemplo, el ágil C220 CDI. Los adelantamientos son rápidos y podemos ir dando luces tranquilamente a todo aquél que tengamos delante si nos los proponemos.

En cuanto al interior, empiezo diciendo que me gustó mucho. La unidad de pruebas era un Classic con el interior en tela negra y puedo afirmar sin temor a equivocarme que no defrauda en absoluto.

Abrimos la puerta y ya notamos lo bien que cierra y la sensación tan sólida que da. Después, lo primero en lo que me fijo es el salpicadero. Mucho más bonito que en fotografía, es un verdadero deleite de sensacional ajuste y de diseño sobrio. Las molduras de madera de eucalipto tienen un brillo muy bonito que destaca con el salpicadero negro, y en mi opinión, tienen mejor aspecto que en el C. En general, puedo decir que el salpicadero está muy orientado hacia el conductor, mucho más de lo que parece en las fotos, y da un empaque al interior considerable. Muy buena la postura al volante, matizando que las ventanillas quedan a una altura considerable, lo que fomenta la sensación de conducir un “panzer”.

En cuanto al cambio automático, nada que decir. Delicioso. Y los consumos, muy buenos. A ritmo lento, de unos 100km/h de crucero, se nos quedó en 4,2l. A unos 120km/h, apenas subió hasta los 4,7l.

Otro aspecto destacable eran los asientos y por extensión, el confort. Es un coche muy, muy silencioso, más que el C, y con un confort de asientos superior.

Una cosa que me pareció peor, pero esta vez comparado con el E anterior es que me resultó un poco menos ágil, quizás la actual suspensión delantera McPherson que resulta menos sofisticada que la de paralelogramo deformable anterior sea el motivo, ignoramos el motivo por el cual Mercedes monta ahora esta suspensión, pero para mi gusto es un paso atrás. El coche sigue ofreciendo un aplomo sensacional, y el guiado es igual de bueno que el E anterior, pero no es tan “vivo” como este.

En cuanto a equipamiento, nuestro coche llevaba el cambio automático, pero nada más. Ni tan siquiera montaba el Parktronic, y tenemos que decir, que de primeras, resulta muy difícil de aparcar, puesto que hacia atrás, calcular dónde llega el maletero es muy difícil. Los espejos me han parecido un poco pequeños, puestos a poner pegas.

En resumen, un coche fenomenal para trabajar con él, ideal para un comercial o profesional de la carretera, o para aquél que no se deje llevar por los accesorios, muchas veces prescindibles y busque un buen coche por encima de todo.