Prueba Ford Focus TDCi 163 CV Powershift

1 marzo 2012Dejar comentario »

ford-focus-tdci-163-cv-powershift-2Aprovechando una visita de cortesía a nuestro concesionario Ford de confianza, hemos tenido la oportunidad de probar el nuevo Focus Tdci 163 cv con cambio automático de doble embrague Powershift.

Este nuevo Focus nos sorprende, ante todo con un despliegue tecnológico sin igual en su categoría, que se compone de una serie de sistemas, todos ellos combinados en un paquete, denominado Tech y que está compuesto, entre otros, por el control de carril combinado con un control de crucero adaptativo, aviso de ángulo muerto, lector de señales de tráfico y la frenada automática.

Decir que, nos sorprende muy gratamente lo bien que funcionan todos estos sistemas a la vez y lo bien que se llevan con el cambio automático, convirtiéndose en un perfecto aliado para sacarle el máximo partido a los dispositivos.

El control de crucero es suave y efectivo, nunca nos ha dado una sacudida ni un mal gesto, y eso, que lo hemos sometido a toda clase de pruebas. Resulta sumamente intuitivo, pues siempre lee perfectamente la situación, por ejemplo, es capaz de reconocer cuando un vehículo que nos adelanta, reduce velocidad y frena bruscamente delante nuestra, aplicando hasta un cien por cien de la frenada necesaria para evitar la colisión, en caso de llevar conectado el sistema city safe.

Anotar que el control de carril lleva dos niveles de funcionamiento, en el más avanzado, es capaz de corregir la trayectoria del coche y llevarnos de nuevo a nuestro carril. Incluso lee perfectamente las líneas de obra.

Añadir que el cambio automático es muy suave, y combinado con el control de crucero, sube y baja marchas hasta que mantiene la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede. Realmente sorprendente el comprobar como lo hace todo con suma precisión, aplicando los frenos de manera progresiva, si estos son necesarios, bien es cierto que el sistema requiere cierto aprendizaje, pero el coche, va prácticamente sólo, sigue por su carril cambiando y frenando cuando es necesario.

Por otro lado, comentar que los consumos que hemos ido obteniendo han sido los siguientes: A unos 100 km/h en conducción suave, hemos registrado unos 5,6 l, a unos 130-140 km/h, unos 6,7l.
En todo momento, el comportamiento es de un gran aplomo, muestra ser un gran rodador, silencioso y con ciertas tendencias “deportivas” en su eje trasero, pero siempre con gran seguridad.

Decir también que nos han gustado mucho los Bixenon opcionales, con los leds que equipaba nuestra versión Titanium. Nos recuerda, en cierta manera a los que equipa Audi, puesto que son una tira solidaria de leds, y no son puntos de luz aislados. Estos no están disponibles en el resto de acabados.

Del interior podemos decir que no nos ha gustado en la misma manera, la consola central agolpa una serie de mandos cuyo manejo y funciones, no queda muy clara. Y el freno de estacionamiento manual y no eléctrico se nos antoja extraño en un coche con semejante carga tecnológica. En cuanto a calidad y ajustes no hay quejas. El diseño ya es cuestión de gustos.

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